martes, 9 de agosto de 2016


Las últimas luces del atardecer, cuando el día agoniza, llenan de encanto y colorido un horizonte. Un generoso espectáculo que nos ofrece la naturaleza.

 Para algunos es el momento de inspiración para la poesía, la pintura, la fotografía o simplemente contemplar los matices más profundos del cielo y soñar con recuerdos y nostalgias de un pasado, o las ilusiones y deseos de un benévolo futuro.

 La realización de cualquier arte, este mejor o peor, siempre está lleno del mejor empeño y las mejores intenciones, y donde todo artista revela la delicadeza de su alma
























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