Las últimas luces del atardecer, cuando el día agoniza, llenan
de encanto y colorido un horizonte. Un generoso espectáculo que nos ofrece la
naturaleza.
Para algunos es el momento de inspiración para la poesía, la pintura,
la fotografía o simplemente contemplar los matices más profundos del cielo y
soñar con recuerdos y nostalgias de un pasado, o las ilusiones y deseos de un
benévolo futuro.
La realización de cualquier arte, este mejor o peor, siempre
está lleno del mejor empeño y las mejores intenciones, y donde todo artista
revela la delicadeza de su alma
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