Hay que buscar la felicidad en
los pequeños detalles. Las mejores experiencias de la vida suelen ser gratis,
un amanecer, una flor, o la corriente de un riachuelo cuyas aguas parecen que
te quieren arrastrar sumergir en los placeres más sencillos, que son los
mejores, un relato interesante, un paseo en grata compañía, una mirada o esa
sonrisa que se producen en un abrazo dado o recibido, que te hace partícipe de la
felicidad del otro…
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