No hay vista más bonita que los reflejos del sol al amanecer
sobre el mar, ni esbozo ni cuadro mejor acabado que los pintados por la naturaleza.
Un amanecer, un nuevo día
en lo que todo ni es prefecto, ni todo es felicidad, pero que acaricia y mantiene
encendida la lámpara de la vida. La clara luz del amanecer que despunta en el horizonte
de la oscuridad, da la oportunidad de dar gracias por el nuevo reflejo del día,
siempre hay un buen motivo para que así sea.
No dejes que la luz pase de largo, abrázala con fuerza, para que
en tu rostro pueda florecer como pétalos de rosa, la mejor de las sonrisas, y
con ella, alegrar y animar la vida a todos los que desean que seas feliz.
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