Quería cerrar los ojos, exhalar un suspiro y sentirse cerca de la persona que más había querido No podía comprender que corazones tan unidos, tuvieran que sufrir desenlace tan duro, ni el misterio que les hiciera vagar a los dos, por diferentes mundos.
Tristeza en el corazón y amor en el alma al contemplar lo que dé él le quedaba Una flor que aliento le daba y tan bonita como la luz del alba. .En sus brazos nanas le cantaba y sonreía No quería lagrimas que la bañaran ni las penas que a ella le asistían
La flor en el jardín moraba, con dulces cantares su madre la custodiaba. Mirando siempre al cielo, para que el viento no la balanceara, ni la lluvia la azotara.ni los rayos del sol abrasara su cara Solo el roció de la mañana se deshacía por acariciarla
Cuando llego mayo la flor se enamoró. Cerraban las noches y abrían los días y el amor más le invadía, El corazón se aceleraba, en el silencio los latidos eran melodía tan grata, que con las manos parecía que el sonido del amor acariciaba….Hasta….
Algo extraño había en su mirada, estaba tan agria como fría ¿Qué le pasaba? ¿Qué oscuridad el brillo de sus ojos apagaba? ¿ Que fantasmas castigaban la sonrisa de su Cara? Todo iba como ella quería .Esta noche las familias reunidas, Mañana de blanco vestiría….
Durante la reunión con la cabeza baja, en su madre pensaba. La admiraba. Luchadora, decidida, que miro cara a cara a la vida .Era un árbol que le podía acaricias la brisa, pero que ningún huracán la inclinaría. Por un momento sonreía…
Al final, él se levantó, por su boca salió una letanía de requiebros que a ella le dedico. Con ternura la beso en la mejilla, le acaricio la cara, a los ojos la miraba y con sonrisa complacida, en su mano deposito los anillos, que para siempre los enlazaría…
Retiro la mano, como si el fuego la hubiera rozado. No era plata, ni oro, ni de noble metal, eran ascuas encendidas que le parecieron llamas que la quemaban viva. Con las fuerzas que solo se tiene una vez en la vida, grito, como quien esta malherida.
-No pondrás anillo en mi dedo ni cadenas alrededor de mi cuello. Con la misma fuerza que te estaba queriendo, hoy mi corazón te brida todo mi desprecio y mañana mi olvido, que será eterno. No viviré al lado de quien anoche me hizo esto.
Despojada de la ropa, con amargura descubría un cuerpo, que no había sido acariciado por las manos que encima le había puesto. Manchas o testigos negros de un dolor, que demostraban la vileza de quien minutos antes le juraba amor……amor
Pilar Vallecillos
12-Marzo-2016