Parque de Pedro Antonio de Alarcón. Ahora su arboleda esta casi desnuda, despojada del rico colorida de sus hojas, que el otoño arrancó para alfombrar su suelo. Por eso, entre sus ramas se puede ver un impresionante cielo azul colmado de esplendidas y llamativas nubes que invitan a su contemplación. Cuando empiezan a despuntar los primeros rayos del sol y su luz se desliza entre los troncos ,realza y eleva el colorido de la tierra
Otra tarde de cielos cubiertos de nubes como si estuvieran bordadas o hilvanadas con finos hilos de algodones, que parecen enredados de las ramas de los árboles. Al fondo la catedral, colmada de elogios, rematan esta vista, impregnando de belleza esta estampa